miércoles, 10 de marzo de 2010

Documento sobre la exigencia de la memoria en los examenes

La cuestión de la memoria


Tradicionalmente en los conservatorios, la exigencia de tocar de memoria alcanzó con exclusividad a los instrumentos solistas: piano y guitarra. Tal restricción no parece tener otra justificación que la tradición, ya que por ejemplo en el programa de guitarra, que contempla para cada año las distintas competencias que se desea conseguir en los alumnos, no se menciona la razón para exigir la presentación de las obras de este modo. Debe destacarse esa omisión, pues se indican la necesidad y justificación de todas las demás.

En nuestro conservatorio, en el seno del departamento guitarra, se generó, hace ya unos años, un debate al respecto. Luego de lo cual, quedó claro que muchos de sus integrantes no podían tocar si no era de memoria, pero que esa situación, entendían, no necesariamente era aplicable a todos los guitarristas. Así opinaron Lucio Núñez y María Isabel Siewers, agregando, esta última profesora, que el reconocido guitarrista austríaco Robert Wolf, frecuente visitante de la Argentina, invariablemente tocaba con partitura.

En el concierto de egreso de Elena Borthiry, en ocasión del debate de la mesa examinadora, se trató nuevamente el tema, expresando Manuel Massone que en su última visita, Karl Richter ejecutó obras de Bach con partitura y que cada vez es más común que se presenten pianistas tocando de esa manera. Agregó que resulta lógico que Bach se toque con partitura puesto que es música que fue concebida para tocar así. Acordó con Lucio Núñez, que a título personal no puede tocar por ejemplo, un estudio de Chopin, si no es de memoria.

En conclusión podemos pensar que esa tradición está dejando paso a una nueva tendencia que indicaría que el hecho de tocar de memoria o con partitura debe ser un acto volitivo del intérprete y no una condición exigida para los exámenes. Queda claro que aquellos que tocan leyendo no están leyendo nota por nota, puesto que existe una memorización casi total de la obra, de otro modo no se podría tocar música alguna.

Propongo que invirtamos, de igual manera que en el derecho, la carga de la prueba: deben exhibir razones musicales para tocar de memoria los que así lo desean y no aquellos que consideramos, debe ser una práctica optativa, a decisión del alumno. Pero aún así, puedo proponer un argumento concluyente. El que surge de evaluar, como muchas veces se ha dado, a un alumno tocando de memoria y luego leyendo. Si la performance es superior en el segundo caso, es legítimo que rinda el examen así, ya que el resultado musical es mejor.

Es útil en este punto traer a colación otra anécdota: un alumno egresaba como profesor superior del plan anterior. En su concierto incluía obra para guitarra y orquesta (en reducción a piano) y las obras de gran dificultad inherentes al título a obtener. Cuando llegó a la Chacona de J. S. Bach, el nivel que su interpretación había alcanzado, tuvo una sensible merma. Aprobó con nota alta, pero finalizado el concierto fue preguntado por la razón de una interpretación tan distante y hasta metrónomica que no contemplaba detenerse ni en los acordes finales de las variaciones. La respuesta fue sorprendente: -estuve memorizando hasta esta mañana, si hacía un calderón me olvidaba. Ese alumno con partitura hubiera tocado, por lo menos esa obra, infinitamente mejor.

1 comentario:

Gabriel Lanza dijo...

En mi poca experiencia, podría decir que siempre es mejor tocar de memoria, para una mejor interpretación. Pero sin embargo al tocar Bach, por ejemplo, se hace muy difícil la memorizción, corriendo el riesgo de equivocarse y opacar la interpretación musical.
Quisiera agregar que no solo en el conservatorio se exige tocar de memoria, sino que también en concursos de nivel nacional e internacional